Este pequeño ciervo perdió la vista. Nadie sabe cómo ocurrió, pero vagaba por los suburbios de un barrio en Chicago solo, hasta que un día encontró a un gran amigo. Ahora, cada mañana antes de ir a la escuela, este niño de 10 años pasea junto al ciervo y lo lleva desde un parche de pasto hasta el siguiente para asegurarse de que el animal pueda alimentarse bien.
La fotografía fue subida por uno de sus vecinos, quien día a día veía esta tierna escena en su vecindario.
Él cuenta que pocos días después de tomar la fotografía llamó a un centro de rescate de animales, porque temía por la seguridad del ciervo no sólo por su ceguera –y lo peligroso que podría ser para él u otros si cruzara una calle concurrida por ejemplo– sino porque, si los oficiales de control animal lo encontraban merodeando por el vecindario seguramente lo sacrificarían.
“Hoy vienen a recoger al ciervo (…) y lo llevarán a un veterinario para que lo revise“, escribió y luego señaló que seguramente lo enviarían a algún santuario o una reserva protegida en el bosque, aunque también existe la posibilidad de que siendo un animal tan dócil, sea trasladado también a un zoológico para niños donde estos pueden tener contacto directo con los animales –al menos eso le comentaron los rescatistas según él cuenta.
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